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jueves, 27 de noviembre de 2014

Hablemos de: "La maravillosa vida breve de Oscar Wao", de Junot Díaz


 Diez millones de trujillos, eso es todo lo que somos.- Lola "La maravillosa vida breve de Oscar Wao"



Título original: The brief wondorous life of Oscar Wao

 Autor: Junot Díaz
 Editorial: Random House Mondadori
 Género: Novela literaria
 No. de páginas: 309


Óscar Wao es un personaje que llega rompiendo esquemas. Se trata de un muchacho inmigrante de segunda generación en Estados Unidos, además de eso es un Geek, amante de Star Wars y que aspira a ser el Tolkien dominicano. Escritor apasionado y aficionado, tiene la peor de las suertes con las mujeres que casi llega a parecer una maldición. 

En esta novela ganadora del premio Pullitzer, más que sumergirnos en una historia estática o particular, el autor se esmera por darnos un recorrido detallado por algunos elementos que configuran la identidad del los pueblos del caribe y latino américa misma en todo su esplendor y complejidad de la cultura. 

Es inevitable terminar esta novela sin hacerse preguntas sobre el Fukú y el Zafa, sobre todos los elementos sobrepuestos en el texto, ¿cómo puede funcionar una novela en la que se habla de dictaduras y también de ciencia ficción? No lo sé, pero funciona. Vaya que funciona. 

Hablemos de los personajes: 

Además de Óscar, son presentados al lector una gran cantidad de personajes que en toda su complejidad se desarrollan a lo largo de la trama a través de las historias que un narrador omnisciente cuenta de ellos. 
Resulta de una complejidad enorme señalar un personaje principal en el despliegue de narraciones, pues aunque el libro lleva el nombre el Óscar quienes están detrás de él acaban siendo con su historia de vida toda la justificación de causa e inicio para el nudo en el que resulta metida la familia. 
Lola, la hermana de Óscar, es una mujer a quien los traumáticos acontecimientos en su vida, han vuelto dura de sentimientos y de carácter, al principio por como ella misma se describe la podríamos ver como una persona sumisa y servicial interpretando un papel semejante al de una muchacha al servicio de su propia madre. Pero tras un episodio de negligencia por parte de su madre, las decisiones de Lola la conducen hacia un cambio radical. 


Miré a la muchacha reflejada en el espejo por mucho rato. Lo único que sabía era que no quería volverla a ver. p, 65 



Y estas actitudes, también las veríamos aunque de alguna manera diferente; en Beli, la madre de Óscar y Lola. Dominicana de nacimiento y de vida, Beli sería una huérfana durante su infancia, maltratada y menos preciada por el echo desgraciado de haber nacido negra en una tierra y un momento de la historia socio política en república dominicana en la que justo eso era lo peor que se podía ser. Beli sería encontrada finalmente por La Inca, quien sería su madre y criada en una forma completamente fuera de lo convencional en la tradición caribeña: ni con rigor, ni con violencia. Por esto mismo y por las amplias libertades de la joven, Beli llega a toparse con situaciones que le exigen decisiones y a las que ella responde con malas elecciones. Una cadena de sucesos lógicos acaban poniendo a Beli entre la vida y la muerte, y finalmente en un avión rumbo a los Estados Unidos. 

Una de las temáticas más fuertemente marcadas en esta obra viene siendo, de forma evidente la exposición de un machismo socialmente aceptado y completamente arraigado. El modelo de mujer sumisa al que tanto Beli, como Lola se oponen les resulta a ambas en un acto de rebelión contra un sistema y en un juicio social severo que las tacha y clasifica en niveles diferentes a los del resto de personas que las rodea y les imposibilita tener acceso a posiciones, que con otra manera de pensar o de ser muy seguramente les habrían sido dadas siempre y cuando también hubiese un hombre a su lado para recibir y administrar de manera correcta. 

La Inca acaba siendo, como cada aspecto de esta novela, completamente fuera de lo convencional. Creyente en Dios, fiel a su casa y a su familia, pero sobre todas las cosas parece ser el único miembro de la familia, lo suficientemente despierta para ver las cosas como son y entender los desafortunados sucesos de los Cabral y los De León como algo más que mala suerte. La Inca es la carta de presentación para el Fukú, es la vía por la que este término (que acaba siendo un personaje mismo en el relato) se entiende relacionado con la familia y con todo lo que les ha sucedido. Y más allá de solo presentar ese lado de la moneda, La Inca también resulta siendo una vía para el contra hechizo del Fukú, el Zafa. 


Hablemos del lenguaje y del narrador: 

Junot Díaz es un dominicano inmigrante en Estados Unidos. Es una persona bilingüe en todos los sentidos que se le puede encontrar a esa palabra. No solo se trata de que pueda hablar dos idiomas, sino de que además su vida transcurre de forma simultánea en dos contextos. Por un lado es latino y por el otro es gringo; por un lado sabe lo que significa y configura Latino américa en toda su complejidad, habiendo vivido y estudiado en Norte américa. 
Aunque en la versión traducida de esta novela, el code switching característico de la obra original, no hace tanta presencia, el tono y el sentimiento de ser una novela narrada por un latino en Estados Unidos continúa presente. Desde palabras como Fuking escrito fokin hasta el más mínimo detalle casi imposible de identificar de manera consciente, saltan a la vista para decir, sino para gritar que de la misma manera en que los personajes y la trama rompen esquemas, el lenguaje y las palabras a través de las cuales se narra esta historia, también están para cumplir el mismo cometido y darle la personalidad necesaria a un relato de este calibre. 
De ninguna otra manera podría funcionar la idea de un historia enmarcada en el trujillato y puesta en paralelo con historias de comics de ciencia ficción. El argumento busca hacer convivir dos mundos que nunca nadie más se hubiera atrevido a juntar, por eso quien lo escribe también tiene dos mundos en la cabeza, que en su proceso de construcción de escenarios e historias, funcionan de manera simultánea y no separada. 

Como exponente y narrador omnisciente que todo lo ve, En principio no se logra reconocer la identidad de este personaje, que cuenta una historia que no es la de él ni la de su familia pero que lo involucra. Se podría decir que toda la primera parte resulta en un juego donde se intenta, entre la historia buscar pistas que lleven a descubrir quien es este narrador. Pero una vez se es presentado, no acaba el juego, sino que se le añade otro elemento de intriga, se trata de la completa incredulidad. Cuando en un solo personaje se acaba situando el narrador omnisciente, resulta increíblemente difícil para cualquier lector llegar a creer por completo sus palabras y su relato sin antes cuestionar si no había otro narrador también o si acaso la historia de este hubiera estado relacionada con la de la familia en muchos más puntos de los que se presentaron a lo largo de toda la trama y aunque acaba siendo un elemento que puede ocupar gran parte de la lectura, de ninguna manera acaba por distraer de la trama; antes ayuda a centrar la atención hasta en el más mínimo detalle en pro de que cada lector busque entre palabras que nunca podrían sobrar un camino hacia el centro, los descubrimientos y las respuestas a las preguntas que se le podrían haber presentado. 

Pero nada de esto resulta posible sin un elemento clave, no solo en este texto sino en el ejercicio de la lectura de ficción, particularmente: 

"The Willing suspension of disbelief"- Samuel Taylor Coleridge



Se trata de que el lector pueda dejar a un lado cualquier pre-concepto e incredulidad frente a un tema presentado en un libro o texto que se disponga a leer. Existe una delgada línea entre lo que puede ser una historia real o lo que es inventado en pro de la narración y cuando se trata de una novela que es completamente ficticia y con un narrador que de alguna manera todo lo ve y todo lo siente aún sin que eso resulte muy lógico, lo mejor que se puede hacer es entregarse de manera voluntaria a la historia y permitir que fluya, para no estancarse en cuestionamientos, que no pueden ser respondidos. 

Hablemos del centro: 

Finalmente en un espacio de intertextualidad e interpretación, se puede hablar de que en una novela del tipo de de "La maravillosa vida breve de Óscar Wao" cada elemento está encausado a resaltar un punto en la lectura que se puede denominar centro. Se trata de ese momento y temática, a veces no muy evidente al rededor del que el resto de la trama se desarrolla. 

En el caso de la novela de Junot Díaz podemos hablar del dos elementos que resultan supremamente importantes en el desarrollo de la trama. En primer lugar tenemos la construcción a través de la literatura, de una representación de la identidad socio cultural latinoamericana, y en segundo está el elemento del Fukú que hace parte de esta cultura consagrada. 
El hecho de que se llegue a considerar cada elemento presentado (machismo, violencia, discriminación racial, desigualdad y modelos de exclusión marcada) como parte de una cultura arraigada que no puede tener cambio, resulta convirtiendo cada uno de aquellos aspectos y el conjunto general en una suerte de Fukú social. No se es consciente de ello y por lo tanto no resulta posible combatirle con un zafa, que de alguna manera podría compararse con un estado de conciencia. 

Como comparación, no son pocas veces en otras narraciones y en especial aquellas de fantasía y ciencia ficción en las que hasta que el héroe no acepta la realidad de su situación y sus deber para con el universo, que le es posible plantar una posición firme frente a las adversidades y al villano de la historia. 

El Fukú latinoamericano es la ignorancia de los problemas que de forma errónea se han llegado a considerar elementos culturales, el Zafa correspondiente, que en la historia podría haber sido el rezo de la Inca, en el paralelo realizado se representa en el despertar de la conciencia ante los problema que no sucede sino hasta que un valiente resalta el problema, que va más allá de un sujeto con actitudes despóticas hasta la crítica a una sociedad permisiva y además acostumbrada a volver la mirada hacia otro lado ante alguna adversidad. 

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miércoles, 12 de noviembre de 2014

Semana 15: Te apuesto que nunca antes lo habías pensado. Sobre la obsolescencia programada.



Tras haber armado la encuesta y obtener el visto bueno para difundirla, optamos en primer lugar por recurrir a compartir la encuesta por Twitter, haciendo además uso de la etiquetas que se encontraban en la lista de Trending Topics. Imediátamente comenzamos a recibir respuestas, pero después de una media hora aproximadamente, se frenó; así que compartimos la encuesta, esta vez por Facebook, en nuestras biografías y después en los muros de varios grupos que en este caso incluyeron específicamente comunidades de lectores en Facebook que tienen entre sus miembros personas que van aproximadamente desde los 12 años de edad hasta los 30 y principalmente mujeres. Por último se compartió la encuesta por mensaje interno a los contactos de facebook.
Una vez obtuvimos el número de respuestas estipuladas como necesarias para realizar un análisis, pudimos observar que:

  • El número de mujeres participantes en la encuesta doblo al número de hombres participantes.

  • La mayoría de participantes están entre los 14 y los 20 años, lo cual quiere decir que son los jóvenes quienes más acuden a las redes y participan en actividades que se realizan a través de ellas. 

  • Debido al rango anterior, la mayoría de participantes eran estudiantes, ya sea de colegios o universitarios, lo cual quiere decir que aparatos electrónicos como los celulares se podrían considerar hoy indispensables para la vida estudiantil, ya sea con fines académicos, sociales, relacionales o entretenimiento.
  • Las personas que señalaron tener más de 30 años también señalaron haber tenido su primer celular después de cumplir los 19; lo que nos lleva a observar con mayor claridad que hace unos años el uso de estos dispositivos no se hacía tan imperante. Mientras que los que respondieron tener entre 25 y 30 años señalaron haber tenido su primer celular entre los 12 y los 14 años. Pero la mayoría de los encuestados señala haber adquirido su primer teléfono móvil a los 10 años o antes; entre este grupo podemos contar aproximadamente a 60 participantes entre los que están todos los que señalaron ser estudiantes de colegio.

  • Al interrogar a los encuestados sobre el motivo por el que han cambiado sus celulares las respuestas estuvieron mayoritariamente en dos grupos: Compra por robo y compra por actualización del equipo (el que tenía ya estaba muy viejo, obsoleto).
  • Encontramos que el 42% de los encuestados tienen un equipo iPhone, información que contrasta en gran medida con la última pregunta del formulario donde se cuestionó cuáles eran las características en un teléfono que se tenían en cuenta a la hora de realizar una compra; donde la mayoría de las respuestas se orientó hacia la calidad como factor general (83%) y el precio (67%). Un equipo de Apple suele ubicarse entre los más costosos del mercado.
  • Al cuestionar sobre qué hacían los encuestados con su anterior equipo, la mayoría respondió que lo guardaban en caso de necesitarlo posteriormente y seleccionaban la opción otro; entre los motivos que ponían al pedirles que se especificara el motivo, estaban el robo del anterior equipo o la pérdida del mismo. Aquellos encuestados que señalaron ser profesionales también especificaron que su cambio de equipo fue por motivos laborales, por lo tanto el equipo regresaba a la empresa.


Podríamos decir que la respuesta más diciente de la encuesta era donde se preguntaba a los encuestados las razones para cambiar su teléfono; si bien el robo, la pérdida y que el equipo se dañara, eran muy frecuentes; la gran mayoría respondió que su cambio de equipo se debía más a cuestiones de modernidad y "moda" que de funcionalidad concreta. También fue frecuente ver que muchos encuestados señalaban haber tenido antes un BlackBerry y haberlo cambiado por un iPhone. Muy probablemente si esta encuesta se hubiese realizado hace dos años, el porcentaje de encuestados en tenencia de un BlackBerry habría sido mucho mayor que el de aquellos con iPhone. Esto nos da una pista de como mudan los mercados y las tendencias, así como nos refleja que el pensamiento generalizado no se orienta tanto hacia las funcionalidades como obsoletas, sino hacia la marca.

Otro factor que resultó curioso se ubica principalmente en la pregunta sobre ¿qué factores tenían en cuenta a la hora de comprar un celular? Resultó obvio que se dio importancia a los pixeles de la cámara, la modernidad del teléfono, la conectividad de datos móviles y los servicios ofrecidos como aplicaciones y acceso a la nube, por mencionar algunos; pero nadie colocó o señaló la importancia de una buena señal en la llamada, un buen manos libres o funcionalidades básicas de un teléfono, que en últimas es lo que estos aparatos estaban orientados a ser en un principio.

Es clara la redefinición de conceptos, objetos, espacios y tiempos que se ha venido dando en los últimos años y un análisis de la tenencia de un objeto que hace unos años podía considerarse un lujo y hoy se ve como lo más indispensable para una persona; funciona también como una manera de mirar cambios sociales pues como las personas se comportan con factores de apariencia tan insignificante como cada cuánto se cambia el teléfono o que se hace con él, en últimas y en entornos más amplios puede llegar a reflejar también ciertos comportamientos más profundos y con mayor incidencia en el ámbito social.


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