Hablemos de: "Mal educada", de Antonio Ortiz

Título original: Mal educada
Autor: Antonio Ortiz
Editorial: Producción independiente - El libro universal
No de páginas: 202

Paula Beckwitt lo ha tenido todo en la vida. Dinero, belleza, popularidad. 

Pero en realidad no lo ha tenido todo. La sociedad suele juzgar por los bienes materiales, pero ¿qué hay de las carencias emocionales, de la soledad, de la ausencia de esos que supuestamente son quienes más nos deberían querer? ¿qué pasa cuando lo tienes todo, pero no tienes nadie con quien compartirlo? 

Mal educada es una historia que refleja justamente eso. Paula la protagonista es quien narra, desde un estado de coma, la historia de su vida, cada pequeño suceso encadenado que la llevó al lugar y al estado en el que se encuentra narrando.  

Hay cosas más importantes en la vida que tener el último teléfono del mercado o la mejor ropa, hay siempre algo más trascendente que tener la mejor ropa o el mejor peinado.

No tenía ni una idea general de lo que me iba a encontrar en este libro cuando fui a la presentación en el fondo del cultura económica, a la que me invitó Kyoko del blog Sabious Words. Nunca antes había escuchado del libro, ni del autor aunque al parecer ya llevaba cierto tiempo en la escena editorial colombiana. Esto puedo explicarlo fácilmente, resulta extraño que preste atención a lanzamientos que no sean de mis géneros predilectos: juveniles y más puntualmente ficción fantástica o distópica. 

Bien, fue entonces grata mi sorpresa cuando me encontré con una historia de creación y producción de este texto con el que puedo sentirme identificada, yo misma he estado en el proceso de escribir y editar un libro, de producirlo, de pagarlo y de fangirlear con el resultado final. Pero fue el trasfondo de la historia y la fuerza de sus páginas lo que al final terminó capturando por completo mi atención. 

La primera lección y aunque ya la había enfrentado antes, es que no porque una firma editorial no publique un libro quiere decir que sea malo, todo lo contrario. En muchas ocasiones un libro publicado, no necesariamente implica que tenga el mejor de los contenidos, el más novedoso o el más instructivo. Simplemente el que más vende. Vale la pena darle la oportunidad a esas joyas que caen inesperadamente en nuestras manos. 

En esta ocasión no voy a hablar de los personajes como siempre lo hago, tampoco de la trama y esto es porque a pesar de que todo relato así sea de lo más autobiográfico se vale de la ficción para llenar los espacios vacíos, no puedo juzgar la vida de otra persona como buena, mala, creíble, auténtica o interesante. Sí, Mal educada viene de una historia real, una historia que para bien o para mal he visto repetida más de una vez a lo largo de mi vida, una que sin duda necesita ser contada tantas veces como sea posible a aquellos que en la realidad y la cotidianidad resultan ser protagonistas como Paula, tal vez no con los mismos finales trágicos, pero sí con las mismas oportunidades y vacíos. 

Hay una canción del grupo Fall out Boy que me ha tenido obsesionada ya por un buen tiempo, pero por un motivo bastante extraño no he sido capaz de aprender la letra... la razón es que hay una frase tan simple y corta del coro que cada vez me sigue llamando la atención, que tiene una fuerza por encima de las demás. 

Sometimes before it gets better
The darkness gets bigger
The person that you’d take a bullet for is behind the trigger

Algo similar sucede con la historia de Paula, con la historia de Mal educada. Tiene una fuerza increíble, que te deja sin aliento de alguna manera y no te deja pensar en otra cosa, el mensaje es clarísimo, esto no es una historia para leer y contar sin más, es una historia que apunta a llegarle a alguien a quien se atreva a tomar el libro en sus manos y apropiarse la historia, traducirlo a su vida diaria. Algunos serán como Paula, otros observadores externos y ajenos, otros como sus amigos privilegiados. 

En varias ocasiones encontré reflejados en las situaciones a muchos de mis compañeros de clase, en los sentimiento de Paula tal vez incluso a mi misma. Y verse de esa manera no es algo sencillo de afrontar en un primer lugar porque se tiende a ver como nada más que un juicio. Pero ese resulta también ser el primer paso hacia un cambio, los juicios no siempre son malos y hasta que no hay conciencia de lo malo y lo bueno de una persona, de una generación, de una sociedad; hasta que cada parte no lo sabe y lo acepta no hay manera de generar un cambio. 

Hay detalles del libro en si que no me agradaron y de hecho me rompieron la lógica en varias ocasiones y en primer lugar fue la portada del libro, pues en el separador se ve una tipografía distinta a la que aparece en el libro. En segundo lugar las fotos están pixeladas, son detalles de diseño que al enfrentarse y ser un proyecto de autoedición y publicación llegan a ser entendibles en una primera entrega pero que requieren de mejoría para llamar más la atención del público. 

Por ese lado también me topé con varios errores tipográficos en el texto y ausencia de tildes, nuevamente es entendible si no hay un equipo completo de edición detrás del manuscrito, hasta al más grande genio y escritor se le puede escapar una letra, un punto o una tilde. 

Me llevo de mal educada, muchas lecciones por asimilar y transmitir a cuantos pueda llegar, por medio de esta reseña o en una conversación tribal y cualquiera. Si las canciones nos sirven para aprender idiomas, que los libros nos sean útiles para aprender cultura, para reflejarnos y entendernos mejor. La labor de publicar una historia que debe ser contada es una titánica y en este caso se lleva toda mi admiración y respeto, el caso de este libro es uno que ha sido llevado con berraquera y corazón, que bello sería el mundo si más cosas se hicieran de esta manera. 

4/5